En 1983 Pierre Koenig recibió el encargo de construir una vivienda para Michael Gantert. Situada en el 6431 de La Punta Drive en Los Angeles, la casa es un icono de la vivienda americana. Sobre una escarpada topografía Koenig planteó un volumen apoyado de forma liviana sobre el terreno, lo que genera una imagen de fuerte desconexión entre la casa y su emplazamiento. El nivel superior se encuentra a la altura de la carretera de acceso, a la que se adapta mediante una terraza-puente que sirve de espacio de acceso y de garaje abierto. La planta superior alberga la zona de día dividida por la escalera y el lucernario que remata la sencilla estructura metálica de la casa. La planta baja alberga los dormitorios y un patio cubierto con una zona de piscina en el contacto de la casa con la ladera. Una casa colgada sobre el valle de Hollywood. Para solucionar los graves problemas que el complicado emplazamiento generaba en el proceso de construcción Koenig planteó una estructura metálica con pilares en H de 300×200 mms y vigas en I de 450 mms. Apoyándose en los 3 grupos de zapatas de hormigón hincadas en la ladera, se levantó todo el armazón estructural incluida la escalera central. La propia estructura se utilizó como andamio, así la solución de las galerías a ambos lados posibilitó la construcción de la fachada desde el interior sin necesidad de utilizar otros medios auxiliares. Además Koenig optó por paneles prefabricados atornillados a los marcos generados por la estructura metálica, lo que simplificó la construcción del edificio. Las galerías balconadas de la Gantert House se abren sobre Hollywood y ofrecen unas vistas espectaculares de la torre Capital Records. Una casa que hace de su sencillez virtud y que trata el terreno con respeto, un planteamiento muy alejado de los espectaculares y desproporcionados desmontes y movimientos de tierras a los que estamos acostumbrados. Audacia de hace 30 años, frente a despilfarro...
Read MoreSi la sociedad en general es víctima de una cultura de la imagen, la arquitectura no es ajena a este fenómeno. Mucho podría hablarse de la fotografía de la arquitectura como paradigma de esa tendencia, pero sin salirnos de los elementos propios del mundo edificado, es la fachada la que asume ese papel visual. Dentro de esta dinámica, muchos son los arquitectos que recurren a colaboraciones con artistas para tratar de amplificar la carga expresiva y conceptual de las fachadas de sus edificios. Durante este mes de agosto se ha inaugurado el Auditorio y Centro de Convenciones Harpa en la capital islandesa, Reykjavik. El proyecto de regeneración urbana y ampliación del área este del puerto de Reykjavik presentaba como su principal elemento tractor e icónico este nuevo centro de congresos. La desastrosa situación económica de Islandia y su posterior bancarrota en 2008 hizo que la gestión del proyecto pasase de manos privadas a manos de la administración pública, lo que obligó al equipo de arquitectura danés Henning Larsen Architects a colaborar con profesionales locales entre los que destaca el artista danés-islandés Olafur Eliasson. La intención general del plan urbano era la de transformar esa zona de la ciudad, y convertirla en nuevo centro capaz de revitalizar la economía. La construcción de una gran plaza rodeada de zonas comerciales y de oficinas, edificios residenciales e instituciones educativas, generaría un nuevo barrio dinámico y joven abierto a los negocios. El nuevo Auditorio Harpa, se convertiría así en el referente urbano ya que su impresionante situación en el límite costero junto con su poderosa silueta modificarían la imagen urbana del ámbito. Henning Larsen recurrió al dialogo con la naturaleza del lugar para establecer las ideas principales del proyecto, así las cuatro salas del edificio se organizan en volúmenes cerrados cuyas formas recuerdan las montañas volcánicas que rodean la ciudad y que configuran el imaginario colectivo de los habitantes de Reykjavik. Las tres salas menores se abren hacia el lado sur del edificio, mientras que en el lado norte se sitúan los servicios complementarios, tales como oficinas, salas de ensayo y vestuarios y las zonas de carga y descarga. En el centro de estas dos áreas se encuentra la sala de conciertos principal con una capacidad de 1.800 butacas. Las salas hacen referencia a elementos únicos de la naturaleza islandesa, así si la sala de conciertos con su color rojo intenso se relaciona con los cráteres volcánicos de la isla, la geometría de otra de las salas reproduce la del cristal silfburger, un cristal transparente de calcita que únicamente puede encontrarse en Islandia. En un país como Islandia la naturaleza no es únicamente un valor ecológico o medioambiental, sino que posee una componente equivalente al patrimonio cultural de países como Grecia o Italia. Por este motivo la luz polar del norte, el océano, los volcanes y la lava o el resplandor del cielo fueron traídos como motivos de integración por el artista Olafur Eliasson a la fachada del Harpa. Las complejas geometrías vidriadas...
Read MoreEn una época en la que el diseño y la arquitectura se ven zarandeadas por autores sobrevalorados y gestos estridentes, parece que el minimalismo austero se impone gracias a su premeditado silencio ante tal alboroto general. Precisamente puede que ese no tener nada que decir extremo del minimal, permita otras vías más propositivas como la que desarrolla el estudio donostiarra LAIA. En una cultura como la nuestra en la que la producción de elementos tangibles, mesurables y cuantificables secuestra todo el protagonismo, el diseño queda relegado a una suerte de arte decorativa, cuando no a un capítulo injustamente despectivo en el que los objetos pierden valor tras la expresión “son de diseño”. Esta postura nos hace olvidar que para bien o para mal todo lo que nos rodea ha sido diseñado, pensado, dibujado, por lo que desde esta realidad únicamente pueden establecerse dos categorías, las de los objetos bien o mal diseñados. Muchos pueden ser los motivos que determinen la puesta en marcha de un diseño, desde los económicos de la producción en masa, a la buscada exclusividad de las producciones limitadas; pero es innegable que los diseños que nos rodean en nuestra vida cotidiana, en nuestro vehículo, en un libro o en nuestro móvil, han sido diseñados al igual que una silla de Philip Starck. A partir de estas reglas de juego, el diseño y la arquitectura han emprendido de la mano de las estrellas mediáticas de estas disciplinas, como el propio Starck, un camino con propuestas marcadas por un desmesurado interés por el espectáculo y el estruendo, camuflando precisamente su nulo valor tras el poder propagandístico de sus autores. Este modo de enfrentarse a los proyectos, aunque muy del gusto de la sociedad de consumo actual, se agota al igual que tras la explosión y el efecto visual inicial lo hacen los fuegos de artificio, promoviendo desde amplios sectores del diseño nuevos caminos. Uno de estos nuevos caminos es el desarrollado por el estudio LAIA, formado por Deunor Bregaña junto con Anne Ibáñez Guridi, y que fue premiado en el año 2008 con el premio Sphere otorgado por el Art Director Club de New York. Un premio que podría equipararse al Nóbel del diseño, en relación al trabajo realizado por el estudio en el restaurante Mugaritz desde sus inicios, un trabajo de diseño global que abarca desde el nombre del restaurante a sus cartas, pasando por sus espacios y sus vajillas. Un trabajo, que como muchos otros de los desarrollados por la oficina desde hace quince años, huye de lo histriónico, haciendo buena aquella máxima de que para evitar pasar de moda, nada puede ser mejor como no estar a la moda. Así sus propuestas silenciosas cautivan, no desde el silencio seco del minimalismo, sino desde una postura que dota de naturalidad al diseño. Una naturalidad que se expresa como una evolución natural del diseño, es decir como un reinterpretación, como una actualización si se prefiere, que busca compartir el placer del intelecto, desde la visión moderna...
Read MoreCon motivo de la entrega a Estudio LAIA ( nuestros diseñadores favoritos), del Art Directors Club de Nueva York ( que ya habíamos comentado en otro post), el Oscar del diseño gráfico, el semanal del diario EL Pais y la revista Pasajes Diseño, les han dedicado varias de sus páginas en las que recogen su trayectoria y trabajos. El proyecto del Estudio LAIA desde hace diez años en el restauranteMugaritz de Rentería (Guipúzcoa), del chef Andoni Luis Aduriz, es global. Lo primero que le encargó a Santos y su equipo fue la búsqueda del nombre, fruto de la unión de las palabras en euskera: Aritz (roble) y Muga (fronterizo, por situarse entre dos municipios limítrofes). Después vino el logo, la creación de la tipografía kai -revisión de la tradicional vasca-, el diseño de las cartas, la página web y hasta una colección de libros de gastronomía que se venden en el restaurante. Pero su gran aportación fueron las porcelanas y el diseño de las vajillas. O!Luna, es la vajilla que utilizan en sus restaurantes nombres clave de la gastronomía mundial como Ferran Adriá, Pedro Subijana, Thomas Keller o Seiji Yamamoto, entre otros. Las otras colecciones del Estudio Laia, las vajillas Linneo y Tábula, siguen el mismo patrón, basado en «lecturas poéticas de la gastronomía». Piezas para servir la comida en secuencia, contando una...
Read MoreUnos ojos gigantescos observan desde lo alto de una favela de Río de Janeiro. Morro da Providência es uno de esos lugares cuyo nombre asusta a los cariocas. El 14 de junio, los militares que habían ocupado con carros blindados esta violenta favela de la zona portuaria detuvieron a tres adolescentes y los entregaron miserablemente a narcotraficantes de otra favela como supuestos miembros de una facción rival. Resultado: tres cadáveres más.Ahora, en las fachadas y calles de Providência han aparecido pancartas gigantes con fotografías de ojos con las más variadas expresiones. Nadie sabe de dónde han salido. La ciudad se pregunta quién está detrás de esta inusual intervención artística. Bien: el responsable se llama JR. «Acabo de dejar un momento la brocha y el balde de pegamento», explica. El francés ha interrumpido su agotador trabajo para hablar con EL PAÍS. «En televisión han puesto imágenes filmadas desde un helicóptero y han dado un número de teléfono para que la gente llame si sabe qué está pasando. Algunos periodistas han intentado acercarse, pero ninguno ha podido ver cómo trabajamos».JR contactó con los líderes de la comunidad ayudado por el fotógrafo Mauricio Hora. «Cuando el proyecto comenzó a tomar forma, hablamos con los traficantes para explicarles que necesitábamos filmar, ya que lo documentamos todo. La regla es no tomar imágenes suyas o de los puntos de venta de droga. Somos muy prudentes. Nos cruzamos a menudo y suelen esperar a que hayamos terminado para sacar las armas», cuenta. «Ya nos hemos encontrado en medio de tiroteos entre la policía y ellos». «Lo de JR es una forma de guardar mi anonimato, porque en muchos lugares lo que hago no está permitido. Y también una manera de que la atención se centre en mi trabajo y no en mí», dice el francés, que se esconde tras unas gafas de sol y un sombrerito. Cuando estuvo en julio en Cartagena, para la edición de La Mar de Músicas dedicada a Francia, burló la vigilancia de la refinería de Escombreras, una zona de alta seguridad. Entró por la puerta principal con una furgoneta y pegó el retrato de un anciano en uno de los enormes tanques de combustible.Tiene 25 años y, aunque acostumbrado a trabajar al margen de la ley, una de sus fotografías de formato descomunal se despliega hasta finales de mes en la fachada de la Tate Modern de Londres con todas las bendiciones oficiales. José Luis Cegarra, comisario del proyecto de Cartagena, lo presentó con estas palabras: «Antes lo perseguía la policía y ahora lo siguen los museos». Su obra se ha presentado ya en la Bienal de Venecia, el Artforum de Berlín o Les Rencontres de la Photographie de Arlés.Una de sus acciones más espectaculares -en su web (jr-art.net) se refiere a ella como la mayor exposición ilegal de fotografías de la historia- la realizó en marzo de 2007 en el muro construido por Israel. Le habían amenazado con un posible secuestro de Hamás o con que la policía palestina...
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